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domingo, 1 de septiembre de 2024

 Hoy caminando por cierto lugar me encontré con aserrín en el camino, y me recordó que frente a la casa de calle Piedras también había montañas de aserrín y trozos de madera.

Me había olvidado de ese detalle.

domingo, 25 de agosto de 2024

 La madre de mi mamá se llamaba Tomasa. No recuerdo el nombre del padre de mi mamá. Pero contaba ella que curaba con un péndulo.

Los hermanos de mi madre se llamaban Horacio (Pirulo), Oscar (Pibito), María (Maruca) y Amparo.

Los de mi padre no recuerdo bien, sólo el de una tía (la Tía Tita) que vivía en Buenos Aires, en Liniers, y que nos visitaba seguido.

 Yo tenía una abuela, la mamá de mi papá. No recuerdo su nombre. Era muy chico. Pero sí recuerdo que siempre estaba sentada en un sillón hamaca de mimbre 


Su cabello era larguísimo y blanco. Tenía la piel muy arrugada. No sé cuántos años tendría.
Cuando falleció la velaron en el comedor de mi casa.
Recuerdo el momento en que le ponían una tapa metálica al cajón y lo soldaban.




 Supongo que deben haberme asustado mucho de chico, porque tenía mucho miedo a cosas desconocidas.

Desde muy pequeño sentía una presencia extraña y maligna en el techo de la habitación. En un costado.

Como una mancha negra, pero que me hacía sentir mucho miedo y estremecerme.



He tenido pesadillas toda mi vida con esas manchas en la pared y esa presencia maléfica que me horrorizaba.
Tanto que hasta tenía miedo de irme a dormir y soñar con esa COSA.


 De chico solía tener calambres en el estómago. Pero, en mi inocencia, yo creía que eran demonios o seres malvados invisibles que me apretaban para hacerme daño.

Para más, mi hermano mayor tenía la terrible costumbre de que cuando me veía me hacía cosquillas metiéndome los dedos de sus manos en mis costillas!

viernes, 23 de agosto de 2024

 El tren que nos llevaba desde Santa Fe a Monte Vera pasaba por diferentes estaciones y apeaderos.

Nosotros lo tomábamos en el Nº 5 y pasábamos por la estación Guadalupe, km 9, Angel Gallardo, km 13,

y finalmente Monte Vera.



Una vez, volviendo de la casa de mi hermana Marta, el tren venía muy lleno. Eran como las 10 de la noche. Al llegar al apeadero 5 mi hermana y yo bajamos, pero mis padres no alcanzaron a descender.
Todavía recuerdo los gritos de mi madre desde el tren: "Mis hijos! Mis hijos!" 
y nos gritaba: "Vayan para casa. Nosotros ya vamos!"
Así fue como siendo muy pequeños, mi hermana y yo, nos encaminamos hacia nuestra casa, solos, de noche y de la mano. Con mucho miedo.
Casi llegando a nuestra casa, cruzando el campo que había enfrente de nuestra cuadra escuché la voz de mi mamá que nos llamaba llorando.




Así se jugaba el carnaval en los años 60. Entre familiares, amigos, vecinos.
Baldazos de agua y muchas bombitas.
Recuerdo, siendo yo muy chico, cómo los "jóvenes" de esa época jugaban y cargaban bombitas en la cocina de nuestra casa.
Yo le pedía siempre que me regalaran alguna, hasta que una vez me dejaron un puñado.
Pero estaban todas pinchadas.

 


Los carnavales en Santa Fe en los años 60 eran muy divertidos y asistía mucha gente a los desfiles de carrozas y corsos en la ciudad. Avenida Freyre era un centro obligado para los grandes desfiles que se daban por entonces. 
Yo era muy chiquito. Había muchísima gente. Y siempre iba de la mano de mi madre.

 

 Aparte de mi hermano Roberto, también tenía dos hermanas, por parte de mi papá. Marta y Zulma.

Ambas hijas de un matrimonio anterior entre mi papá y una señora de nombre Mercedes.

Marta se casó con un policía caminero y se fue a vivir a Monte Vera, un pueblo cercano a la ciudad de Santa Fe.

Tuvieron 3 hijos: Dany, Sergio y Abel (el último en llegar).

Zulma se caso con ... y tuvo dos hijos, una mujer y una varón. El varón se llamaba Sandra (en honor al cantante de esa época).

Recuerdo que cierta vez Zulma y el marido se habían separado y el se había ido a vivir a Buenos Aires, y le mandó como para reconciliarse un disco de Leo Dan "Cómo te extraño mi amor."

Y eso la desarmó.  Lloró, lloró y lloró. Y al parecer lo perdonó.

 Nosotros teníamos un combinado Ranser,

Algo parecido a esto.


Escuchábamos discos de pasta a una velocidad 78. Con el tiempo vinieron lo que funcionaban a una velocidad de 45 y los más modernos a 33 rpm.
Lo tuvimos mucho tiempo. Prácticamente hasta que yo entré al servicio militar a mis 18 años.


 Mi hermano odiaba a su padrastro (mi padre).

Un día viajamos a Monte Vera, un pueblo que estaba como a 10 km de donde vivíamos. Cuando volvimos encontramos la puerta de la casa abierta. 

Entramos y vimos que habían revuelto todo. Según las pericias policiales de ese entonces habían estado escuchando música y tomando.

Pero sólo robaron la ropa de mi papá. No se llevaron nada más.

Con el tiempo nos enteramos que había sido mi hermano Roberto.

 Con el tiempo fui entendiendo que las peleas de mi padre era por la infidelidad de mi madre.

Según ella no lo hacía por tener a otro sino para obtener beneficios.

Recuerdo "patente" las veces que decía: "Yo me acostaba con el viejo S... para que le consiguiera trabajo a Chichito (Roberto, mi hermano).

Mi hermana y yo hemos sufrido mucho en nuestra niñez en esa casa de calle Piedras.

Mis padres no se llevaban muy bien, al parecer, y se vivían peleando. Mi papá le pegaba a mi mamá.

Yo lloraba mucho y no entendía por qué lo hacía.

Nuestro patio estaba separado de la calle por una pared no muy alta y cuando ellos se peleaban mi papá la perseguía con un "facón" que le había hecho hacer mi tío como regalo. Y se lo tiraban por encima del tapial. Yo corría al lado de mi madre llorando y veía todo eso.

Mi padre muchas veces fue preso por pegarle a mi mamá estando borracho. Y volvía al otro día cuando lo soltaban.